domingo, 23 de enero de 2011

Soldado avisado..

No, no creas que no le amo por estar diciendo esto. Sí, la amo. La amo cuando ríe, cuando me cuenta sus problemas y no deja de hablar hasta que yo me canso de que divague y cambio el tema; la amo cuando me mira y yo creo que estoy mirando el mar... La amo porque me hace sentir diferente, porque junto a ella no soy yo, sino que miles de personas luchando por una buena causa, con un ideal concreto, sano, tangible, común; La amo porque me gusta cuando me besa para que yo me sienta en casa.

No, no significa que ya no la ame el que te esté escribiendo a ti, esto ahora o el que aparentemente el proceso de recuperación paulatino al que someto nuestra relación cada cierto tiempo esté dando pequeños, pero grandes, resultados o aún más, el que piense constantemente en que hace uno, dos o tres años, cuando aún te conocía, yo no era la misma persona que soy hoy, junto a ella.

No, y por favor, no pienses que mi sentimiento ha cambiado en lo más mínimo, yo aún la amo con el amor sincero que pude, o no, sentir por ti alguna vez, pero que ahora dedico a ella: cuando llora, cuando canta, cuando delira, cuando me grita, cuando calla y cuando no está. Vivo por descubrir su manos en la oscuridad en que se ha convertido mi vida en el último tiempo...

No, no creas que no la amo por estar hablando contigo hoy... El amor no es tan escurridizo como lo planteas en tus modelos de vida ni tan efimero como te lo indica la sociedad a la que tanto alabas. Sí, yo la amo con todas sus virtudes con todos sus defectos, con sus sí, con sus peros, con sus por qués, con las palabras que quiero escuchar, con tantas otras que preferiría que nunca dijera. Con cada fibra de mi ser, la espero, la ansío, la quiero... pero simplemente, ella no eres tú