domingo, 9 de mayo de 2010

Todos los derechos los vetamos el año pasado, gracias.

Como la película que nunca fueron a ver y como la frase que nunca se digna a decir después de aquel tormentoso Lunes en que vendió su alma; como pingüinos bailando tap sobre hielo o Ricky Martin en su fiesta de cumpleaños; como 14 centésimas de soledad a $200 el kilo y 365 días prestados de la vida de algún santo... así se pasea por su mente.
Repta entre los recuerdos de infancia y el perro, el azul, el perro ese, para esconderse como una caricatura antigua, detrás de algún árbol o de alguna figura alegórica. Corre porque sabe que si no corre llegan y agarran todo lo que encuentran para dirigirlo a un pozo gris de agua turbia con muchos cabellos en él. Salta para alcanzar los niveles superiores de energía, para sacar cada ínfimo pedazo del ser que habita, para parar. Se detiene frente a abismos de nubes interminables colores por el aceite de los autos que se caen en ellos y que no encuentran el suelo. Luego, grita.
Como trescientos y El secreto de sus ojos; como quince minutos bajo el agua y diez minutos en el cielo; como la noche oscura y las hojas cayendo; como triste y sombrío. Así se escuchan sus gritos en su cabeza...
Y falta, sí, falta mucho para omitir el sentimietno.. pero estamos trabajando para su satisfacción.

sábado, 1 de mayo de 2010

El más profundo mejórate de mis 17 años.

Quizás sólo necesitaba golpearte y dejar de escribir en primera persona. Definitivamente eres la primera línea y definitivamente la palabra "definitivo" es una estupidez. En mi lado del colchón, el mundo sigue indiferente y yo, cada vez mas insuficiente emocionalmente como para fingir, como lo han hecho todos los grandes genios de la historia, que no me importa y que puedo encontrar un algo que me ayude a llenar alguno de los tantos vacíos existenciales.
Supongo que si mañana me levanto con la misma cara, la misma energía, el mismo aura, la misma moral, el mismo sentido del bien y el mal y los mismo números que se repiten para numerar algo cuyo sentido no comprendo al cien por cien, seguiré siendo yo con una carencia de verbos infinita y una escasez de pensamientos divergentes. Supongo que si quiero aún las mismas cosas y ando los mismos caminos, seguiré siendo yo con la nubecita morada, gris, verde, dorada, azul sobre la cabeza. Supongo que aún le buscaré sentido a los colores...
Y si me quito la cara, los nombres, los por qués y las razones (esos mismos que siempre nombro, pero que mantengo como basura en el repertorio general que se acomoda básicamente en mi bodega mental), todas las cosas cuya real clasificación empieza con la letra "m" pero siempre me ha parecido demasiado vulgar como para agregarla a una reflexión seria... si me quito las nubes y los paraísos.. si me quito las lágrimas y los péndulos y la estúpida manía de tildar de estúpido todo lo inconsciente que no comprendo.. Sí, tú, estúpida sombra mirando la pantalla, atrás mío.
Quizás sólo necesitaba golpearte y dejarte sin aire para sentirme mejor conmigo misma. Toda la confianza que gano y te regalo en los suspiros y el ceño fruncido... toda esa que es sólo sujeto sin predicado. Quizás sólo necesitaba borrarte y ponerte una máscara para rellenar mi mundo interior o algo así, por ese estilo, muy perdido, como siempre, de parte de Chile para el mundo y de Colombia a las memorias más recónditas de Gabriel. Quizás sólo necesitaba un tiempo a solas para dejar de escribir en primera persona... con ese gigantezco ego que me caracteriza.. y los mismo estúpidos números que no dejan desahogar a la persona que se baña entre mis ojos y a quien, sin entender por qué, aún no concibo la manera de amar.

sábado, 10 de abril de 2010

Perversiones

Pero no, ya no lo siento y si lo piensas un momento, quizás entiendas por qué... por qué terminé..
Terminé escuchando música triste, terminé pensando, queriendo, extrañando, gruñendo y despejando vacíos. Terminé insistiendo, acariciando cosas que no comprendo, tanteando, repitiendo, concibiendo ideas demasiadas locas como para querer compartirlas. Terminé terminando, sobornando, empeorando... Terminé como siempre: demasiado herida como para defenderme.

Tomé la idea de sacar y romper, la detallé. El destruir siempre es demasiado malicioso y demasiado tentador. Tomé el tomar por las riendas, el mirar por las pestañas y el querer por los poros... Tomé mi autodiscriminación y la apilé en un cúmulo de respuestas estúpidas, donde siempre debió estar... y así terminé tomando: demasiado herida como para discutir.

Vacié las catorce alas de la sensación idónea que me producías; el catorceavo carril de la sala 19; A María en su Halloween; todo lo inconexo que puedo contarte y hacerte creer que estoy hablando filosofías. Vacié mis pensamientos, mis palabras, tus deseos, mis caricias, tus miradas, las opciones, el desarrollo, la limpieza y la paz; tanta, tanta paz. Desconfiguré a el niño de la mirada triste y lo convertí en algo más... algo con mucho más rencor. Así terminé tomando el vacío: demasiado herida como para continuar.

Partí tus ilusiones en dos y las abandoné en la calle que recorrimos juntos la ultima vez que hablamos en serio; partí mis desafíos, abandoné las metas; partí el partir y abandoné el terminar; destruí mi yo, compré un tú con menos celos y más sueños; partí el ideal y me compré un real en su lugar. Partí, parí, parís.. y nos vendí, como se venden las palabras en este mundo y las almas en el otro, como se arroja la sangre al río y las rosas al basurero. Como se canjea el amor por un anillo y un papel, así canjeé mi amor por otro más joven... uno con mucho más futuro. Así terminé tomando el vació y partiéndolo, vendiéndolo, canjeándolo, quieriéndolo, empeorando, crucificando, calcinando... y me consumí: demasiado herida como para ser digna y existir.

Yo ya no soy yo... y en algún momento me pesó y lo sentí en el alma, pero no, ya no lo siento y si lo piensas un momento, quizás entiendas por qué... por qué me terminé.

viernes, 19 de marzo de 2010

Incoherente y autosatisfactorio

Celebridad a la vuelta de la esquina. Patio de al lado es un lugar difuso, mal usado, mal pensado, mal nacido de la mente perversa de alguien que me piensa, pero no. María asegura que nunca lo ha visto antes... sus manos no dicen lo mismo. Sus ojos aseveran la falsedad. Mordaces miradas. Yo también miento cuando digo que no fue así como ocurrió.

París estaba a la mano. Tormenta amenazaba, amedrentada, los ruidos ajenos de la calle a acabar. La mujer en la izquierda no es fiable. Nadie lo es. Cualquiera siempre es culpable... y siempre hay una gran cantidad de cualquieras rondando los pensamientos; acechando.

Mañana a va ser otro día. Verde no es el mejor color. Taza blanca, mesa café, sábana roja, mirada negra. Sin verbo, sin predicado. Sin caricia. Noche no existe. María miente.. Tormenta también.

Celebridad muere y el periódico de mañana hará un festín con ello y con su vida y con lo que pudo o no pudo llegar a ser. Patio de al lado se quema, mal pensando, mal nacido, mal usado, en mi mente, incinerando toda posibilidad de crear un nuevo recuerdo en él. María nunca verá que está parada frente a un espejo.. yo sé que nada fue así; que París nunca estuvo cerca y soy sólo yo con un montón de cualquieras en mi cama.

viernes, 12 de marzo de 2010

Percepciones y motivaciones...

Yo soy la voz ausente que te habla desde la penumbra en el extremo izquierdo del cuadro de al lado. Soy un destino errante que se fuerza por no exisitr. Soy la debilidad de no tenerte cerca. Soy una cápsula que no se llega destintegrar por completo cuando llega al estómago y se convierte en un barco en un mar de ácido destructor. Yo soy 3-3-4-4 y rima intercalada. Yo soy el mensaje que no pediste.
Yo te espero como si esperar pudiera haber servido a alguien en algún momento. Te espero como la excusa frustrada para estar aquí, así, ahora, como estoy acostada, mirando el techo en blanco o no tan en blanco, sino más en un gris verdoso intenso. Yo te espero porque es de tontos e inocentes esperar.
Yo te escribo como un silencio apagado teñido de azul y verde. Como las cuatro y cuarto de la mañana, como el sol otoñal colado entre las ramas. Como se escriben los amores eternos, como se añoran los besos, los abrazos, las miradas, las caricias, lo indecifrable, lo café; puro café. Te escribo como se escriben cartas viejas en papel amarillo. Te escribo porque me gusta asociar las cosas con colores y tú, tú eres como un arcoiris... Te escribo como aire brumoso de los días, cualquier día, el que escojas, como siempre.
Yo escucho. Escucho irónicamente las luces que se prenden y se apagan: Es un terremoto o un huracán. Es moribundo y diestra. Es una estúpida imagen mental de algo que esucho, pero que en realidad no estoy escuchando. Una palabra con m, cerro arriba. Otra palabra con h que gira a la vuelta de la esquina y se me escapa, sin preguntas porque es todo demasiado abstracto como para que quiera quedarse. Yo escucho los ruidos que se cuelan por las cañerías del baño, entre desesperaciones de un pasado difuso... Yo escucho las más estúpidas voces en mi cabeza.
Yo tiento la suerte entre cabilaciones. Yo tiento al destino entre deseos frustrados de un futuro mejor; algo más pasajero o sustantivo. Tiento para perderme, tiento para cansarme, tiento para llegar a mi casa a dormir y no a pensar en ti. Yo tiento a la madre tierra que me remueve las ganas y se las chupa. Yo tiento; yo miento; yo, tiempo.
Yo soy un montón de rayas y palabras y canciones y dibujos y no quiero tener que explicarte qué soy. No debería tener que decirte siempre qué hacer, sino sería sólo yo, haciendome feliz. Yo no tengo nada, no espero nada, no escucho nada, no siento, no tiento, no pienso nada. Soy sólo la voz ausente que te habla desde la penumbra en el extremo izquierdo del cuadro de al lado... y nunca es suficiente.

jueves, 4 de marzo de 2010

c A o o s

Caos. Eso es... cuando miro, cuando pienso, cuando hablo, cuando pretendo no escuchar y no entender. Caos... cuando suspiro y pretendo que las cosas estén bien, pero no están bien y al parecer no lo van a estar en mucho tiempo más. Caos es todo lo que recibo.
Me mira por la ventana, finge escucharme. Yo sé que finge.. yo también lo he hecho: el que miente, sabe distinguir al mentiroso. Me llama por la puerta y yo no escapo porque finjo que no sé que viene. Todos lo sabían... todos fingimos que no era así. Toco el vidrio para asegurarme de que no se vaya a romper y los instintos me traicionan... ni yo me escucho.
Caos... en la esquina cuando atentan contra la libertad y gritan, sí, gritan, a ellos sí los oye. Supongo que ellos tienen más voz que yo o es que el mismo que me hace a mí quedarme sentada en la cama, pensando que algunas cosas podrían estar mejor, los hizo a ellos más fuertes y más rápidos, más resitentes, mejores. El señor caos llamó a los peores para tumbarles los sueños y cohartar las ilusiones sin las que una vez pensamos, todos, que podíamos vivir.
Me acaricia desde el colchón y yo sé que está ahí. Recorre mi cuerpo, me llena los ojos, la espectativas, las miserias, el futuro y los posibles. Recorre la intensidad de las palabras, todas las miradas que me topo en la calle, las manos que me sujetan, los abrazos, los adioses, la resistencia y la capacidad de seguir adelante. Estúpido hombre que no es isla sino continente. Estúpida unión. Estúpido y querido saber que no estamos solos.
Caos sobrepasa la barrera del sonido. Viene antes, después y durante. Molesta. Caos y la sensación de inseguridad... aún peor observando, aún peor rozando, aún peor pensando; un caos consciente, un caos organizado. Eso es; cuando miro, cuando pienso, cuando hablo, cuando pretendo no escuchar y no entender. Caos., cuando suspiro y pretendo que las cosas estén bien, pero no están bien y al parecer no lo van a estar en mucho tiempo más. Cuando quiero querer, cuando necesito querer, cuando las cosas van en mi contra o no: Caos es todo lo que recibo.

jueves, 18 de febrero de 2010

UYT

Porque sino queda un espacio entre medio que Ad no entiende por la poca comprensión lectora, el sofoco emocional y el deficit atencional que la atosiga estos días. La pantalla de colores tampoco ayuda, mucho menos el pitido en la oreja derecha y por supuesto, la idea de volver a lo que fue una vez, aquella, sí, no era fácil, no, pero salió, sí, a algo más simple.
Porque sino Ad tiene que aumir que se equivocó en tomar C en vez de D y no esperar que lloviera negro en el campo, antes de salir a pastar con las vacas en el sitio donde se supone que debeía estar, esperando constante como siempre, la capacidad física y mental de llegar al séptimo nivel como haría cualquiera en su condición. Ad escribe incoherencias.
Porque sino Ad explota y nadie quiere ver sus pedazos volar por el firmamento y quemar todo indicio de vida, dado que Ad no tiene patria, no tiene gente, no tiene cantos, no tiene amigos ni nada en lo que apoyarse. Ad es un estandarte que se sostiene con su pata sola... con su sóla pata y si alguien pudiese escarvar un poco más abajo de la sonrisa y la buena energía, notaría que Ad necesita seriamente un bastón.
¿Por qué Ad está diez metros bajo el árbol... el sauce... el gris? Porque el árbol no tiene tierra y Ad no tiene dónde esconderse.

jueves, 4 de febrero de 2010

Dosmilcuatrocientosdiez.

Por eso, desde anoche ya no tengo nombre... quizás mañana me quite los años, porque será lo único que me quede por perder, después de dejar tirados en el camino las miradas, las sonrisas, las expresiones, los recuerdos, los no-momentos, las necesidades; todas, las reales y las que no lo son, los por siempre, los quizás, mis peros y mis por qués. Entonces, quizás deje los años de lado también.
Esa estúpida tendencia de ser liviano. Esta estúpida tendencia del vacío-emocional-existencial medio nuevo, medio antiguo, medio demasiado lugar común. Esta estúpida, estúpida, estúpida tendencia a tildar cada cosa que no comprendo como estúpido y tener que ser irritante, molesta, atosigante, extraña, ajena, irónica y completamente sarcástica para poder llamar la atención. Esta tendencia semi-varguandista tan aprendida de los monos y el hombre neardental... estúpido sapins.
Le dedicaré a todo dos segundos y luego, me iré erguida, sí, erguida como quien no quiere la cosa, pero que sabe que hizo lo correcto. Siempre, siempre, siempre. Tres veces, siempre. Hacer lo correcto "always". Mezclar pensamientos "always". Hacia el frente "always"... Hacia adelante, como la moribunda sensación de que aún, incluso después de la tormenta, el arcoiris, la tormenta y el arcoiris otra vez, el barco se mueve y yo no tengo el timón o el timonel se tiró por la borda apenas alguien gritó "Nube". Tres veces, siempre. La terecera no es la vencida...
El mar está tupido. El mar es gris y tupido. El mar es un requiem por un sueño, aunque no sé qué significa. Yo soy el mar; agua abstracta y complicada, agua turbia, agua profunda. Agua verde. Todo es verde. Hasta el cielo que pretendo rozar en sus mejillas. Verde. Así es.. y las imágines son volátiles y efímeras. Somos, juntos, un léxico muy elevado para la propia lengua. Decae. Agua. Decanta. Decae. Agua.
Yo no lo creo cuando lo miro; no es normal. No lo creo cuando lo rozo, cuando lo siento, cuando lo toco. No es normal, no es nuevo, no es conocido, no cuento con que lo llegue a ser en algún momento... Y de tan verde ya no tengo nombre... De tan profundo, quizás mañana me quite los años, después de perder en la tormenta miradas, las sonrisas, las expresiones y los recuerdos. Después de que me robaron los no-momentos, las necesidades; todas, los por siempre, los quizás y después de no confiar en nada ni en mis peros ni mis por qués y en estúpido intento de redención dejaré lo estúpido... Ya sin años, ya sin tiempo, ya sin nombre ni sentido...

martes, 2 de febrero de 2010

La Rue Morgue

¡Ah! y se ha vuelto depresivo y mal pensado, muy desconfiado por demás. No, no lo reconozco. Bastante indiferente para mi gusto ¿sabes? un poco, quizás, más de lo que necesitábamos todos que se volviera. Nunca pensé que llegara a ese extremo. No tienes que decirlo, yo fui de las primeras personas que quiso cambiarlo. Sí sé que siempre quiero cambiar las cosas, pero yo no soy el tema ahora.
Lo que quiero decir es... no, eso no es lo que quiero decir. Él tiene todo lo que quise decir alguna vez. Sí, por eso te fijaste en él... me lo dijiste varias veces. De todos modos, él no es quién conociste alguna vez. No se acerca siquiera a esa persona educada y libre en todo sentido. No lo reconzco y no estoy seugra de querer encontrar a alguien en su mirada. Tiendo a no mirarlo a los ojos. También me tiene cansada la música de fondo... Tal vez, debería apagar la televisión. No fue sugerencia de él por si te lo preguntas. Creo que deberías superar rápido esa fase de celos incomprensibles.
Quizás sí estoy siendo injusta. Al comienzo me parecía muy buena idea y ahora se está volviendo bastante mediocre. No fue mi culpa tampoco. No te culpo a ti... Lo culpo a él. Él nunca sabe qué decir. Él nunca sabe qué hacer. Él es quién pretende ser perfecto para convertirse en un ser extraño y ajeno y no, no me agrada.
Nunca lo amé. Eso es cierto. No, tú tampoco lo amaste. No sabes amar a nadie y deberías de ocupar esas frases tan a la ligera... porque estoy bastante aburrida de hablarle de ti yfingir que alguien habla de mí. Estoy cansada de pensar en un algo común inexistente. Son sólo frases cortadas cuando creo que hilar una idea porque se carcome cada pequeño pensamiento de mi cabeza... eso no es amar... y además, creo que ya no me quiere por como me mira y la manera en que ha dejado de hacer todo lo que hacía. Está distinto. ¡Ah! y creo que te mencioné que se ha vuelto depresivo y mal pensado, muy desconfiado... todos lo dicen. No, te repito que no lo reconozco. Es indiferente¿sabes? definitivamente más de lo que esperé que se volviera. Nunca quise que llegara a ese extremo. No tienes que decirlo, yo fui de las primeras personas que quiso cambiarlo. Sí sé que siempre quiero cambiar las cosas, pero yo no soy el tema ahora: Es esa persona que vive dentro mío, que se crea espacio y se convierte en otra pequeña careta...

lunes, 1 de febrero de 2010

Abriles en parís

Pero tú no sabes nada y él quiere evitar pensar que no lo haces: como octubre y las lágrimas y las almohadas y las miradas y las películas que siempre tenían un significado oculto, nada es transparente ni sincero. Es culpa tuya... y te lo recriminas, pero no importa. Puedes vivir con tu propia culpa y quedarte en el sillón rojo o comprarte uno azul para pasar las penas. Como otoño en el jardín de la eterna primavera, como atardeceres tardíos, como frases célebres, como los lugares comunes, los clichés y el abril en París.
Tú caminas; la gente camina al rededor tuyo. La gente es tonta y lo sabes; por eso te juzgas animal, para no tener que considerarte gente, para ser alguien obtuso, para que nada tenga la necesidad de ser trascendente o ascendente o descendente, para que no te juzguen si no puedes mantener a nadie a tu lado sin exigir, para que noviembre no sea un fastidio y en diciembre no te sientas culpable y más que nada, un ser solo y deprimido frente a un espejo traslúcido. Es enero en Haití.
Él camina, pero no junto a ti porque, aunque no lo parezca, va dos pasos más adelante siempre como las flores que se marchitan en febrero para evitar marzo, abril y junio. Es un año más grande por dentro y envejece lindo; envejece como envejecen las criaturas eternas, como muere lo que no muere, como perecen los inviernos en las cumbres de las montañas que se alzan por sobre sitios que tu imaginación no alcanza... por el infinito negro donde nuestra voz no alcanza. Y José Asunción sonríe desde la tumba. Es como julio en Madrid.
Él no te mira y tú no lo miras. Omites su mirada, prefieres el otro camino. Sí, el camino del cine, el fácil, el que la gente escucha, el que te permite ser todos y de todo. Sí, prefieres el camino que no perece porque el placer puede llegar a ser infinito y sonríes (por inercia, tal vez) como si hubieras ganado algo... pero tú no sabes nada y él quiere evitar pensar que no lo haces. Él siempre sabe todo, sabe del octubre de lágrimas y almohadas, sabe de miradas y películas sin significado concreto, pero que para ti eran algo oculto, porque no puedes creer que nada sea transparente ni sincero si tú no lo eres. Es culpa tuya... y te lo recriminas, finges que no importa. Puedes vivir con tu propia culpa y quemar el sillón rojo para comprarte uno azul y ahogar tus penas y tu autovaloración. Como un otoño en el jardín de la eterna primavera, como los atardeceres tardíos, como las frases célebres, como los jodidos lugares comunes, los clichés y el abril en París. Así de triste, así de patético... así te ve él desde el otro lado del panel reflector. Tan evidente...

viernes, 29 de enero de 2010

What an asshole..

Pero no, eso no lo hago. Tiendo a hablar demasiado, a pensar demasiado, a creer demasiado en las personas, a encariñarme muy rápido, a decir verde aún sabiendo que es gris. Yo sé que tiendo a molestar cuando no debo, a ser celosa, a decir "te amo" muy pronto, a escribir por descargo, a querer por descargo, a ponerme mal por cosas que no debería, que no me corresponden, que no son suficiente razón para enojarme. Pero no, eso no lo hago.
Y soy una persona ruidosa, un poco fuera de lugar a veces, no controlo la lengua ni las piernas, no controlo mi mente muchas veces, no me gustan las cosas simples y las personas comunes. Sé que soy extraña... sé que no soy normal y aún así no me molesta. Sé que quiero no ser normal, sé que a veces puedo herir sin querer y hacer muchas, tantas cosas sin querer, pero no, eso ni siquiera sin querer lo hago.
Suelo ponerme a llorar de ira y de decepción, no creo en la libertad absoluta ni el sistema económico ni en todo lo que implica lavarme el cerebro y aún así me mantengo dentro, siempre me mantengo dentro y en contacto. Y soy injusta, muy injusta y puedo llegar a ser muy mala persona, muy cruel, muy fría... puedo llegar a ser negro si eso me propongo y eso no es bueno. Puedo romper un corazón en dos segundos, uno que sea mío y recuperarlo aún así... para romperlo otra vez. Puedo ser muchísimas cosas que se alejan de lo estereotípicamente bueno, pero eso no lo hago.
Puedo ser indiferente. Suelo ser indiferente y fingir que me interesa; sonreír cuando lo que quiero es salir corriendo.. sé mentir muy bien. No me considero buena compañía en algunas ocasiones y puedo abusar de todo lo que me den un poco de control. Pero no te haría mal, sabiendo que me haces bien; no te cortaría las alas, no te pediría que fueras como yo; no te haría llorar para luego arreglarla con un te quiero muy gastado. Yo no daño a quien quiero, eso no lo hago.

sábado, 23 de enero de 2010

Más basura contemporánea

Normal, dígase de ti parado en la puerta de mi cuarto con cara de imbécil, pensando que yo todavía te quiero y que me importa un poco más que nada lo que estás haciendo en este exacto momento. Quizás un ápice podría ser, pero no, hoy no me interesa. Y la puerta de mi cuarto está cerrada.
Normal, dígase de yo sentada en un sillón rojo de terciopelo con cara de interesante, intentando que el tipo de la esquina se de vuelta y me pregunte mi número de teléfono, que dónde vivo, que quiénes son mis amigos, que cuándo salgo del colegio y dónde me las hice para que quedaran tan bien. Quizás podría replantearme lo de la cara de interesante, pero no, se me quedó en el closet de la otra casa... y el sillón rojo se quemó cuando tenía 12 ¿O será que nunca lo tuve?
Normal, dígase de un montón de gente que sabe lo que quiere y lucha por lo correcto porque el sentido común es una virtud que se utiliza y se requiere en un estilo de vida moderno, que ya no se cuestiona tanto religión ni política: que sabe lo que hay, que busca lo que no y que no se preocupa tanto por el qué quiere comprar la masa hoy. Quizás, podrán ser gente... pero todavía no me creo lo del montón.
Normal, dígase de aire limpio y de consciencia humana como tal, de saber que después voy a ponder tener hijos, que no se van a morir de sed y van a poder tener hijos que quieran tener perros y gatos y árboles y una casa grande con lo necesario.. dígase de querer vivir mucho y tranquilo. Tal vez, lo de los hijos no es tan irrisorio y, también tal vez, no sean ellos los que se mueran de sed... pero el aire limpio lo dudo...
Normal, dígase de personas no caóticas con una niñez tranquila sin demasiada violencia. Una que otra catástrofe en televisión, uno que otro choque de bicicletas por la avenida principal, los primos corriendo en el patio y los juguetes regados en el cuarto, al lado de las fotos de los padres y el armario con libros. Está bien, primos y juguetes, eso sí podría ser.
Normal, dígase de no tener razones para sentirse mal consigo mismo y que no se llene la mente de gente con depresión automedicada y psicólogos con agendas llenas. Esa debería ser una carrera mal pagada... o con otra finalidad. Dígase de gente que ama el arte y la filosofía... y no son unos muertos de hambre. Dígase de apreciar las cosas en escencia. Perdón, me perdí en lo de no tener razones...
Normal, dígase de relaciones tranquilas antes de cumplir los veinte; de no esperar más de lo que se debe; de que no sea tan terrible la autoevidencia. Normal, dígase de ser feliz y no ser estúpido. Normal, dígase de no ser como todos y no ser considerado inferior. Normal, dígase de ti parado en la puerta, pensando que aún te quiero y yo en un sillón rojo... Normal, dígase del sobrevalorado concepto de normalidad, mal entendido por cotidianeidad. Normal: no-estar-mal. ¿Normal? Sí... muy normal...

Bajativo especial.

Hoy está depresiva y está mal; mal en todos los sentidos de la palabra, dígase emocional, físico y energéticamente. Sus chakras están como medio fuera de onda. Y está depresiva, eso es lo que más me molesta. No, osea, dentro de los patrones de lo normal. No se va a cortar las venas en un rincón, pero tiene uno de esos lapsus creativo-emocionales-deficientes... todo por sobre su estilo muy fluido-de-leer. Gracias por el comentario.
Hoy está pensando y pensar la convierte en un ente taciturno, medio zurumbático, medio intrascendente a los ojos del mundo. Pensar la convierte en alguien insoportable... mas de lo que acostumbra. De ese tipo de persona que abusa de los puntos suspensivos. Generalmente, ella es ese tipo de persona, pero ahora es más... ahora es alguien que realmente no puede vivir sin acentuar los silencios incómodos. Por eso hasta la gente que no la conoce, le dice que debería dejarse llevar. En especial la gente que no la conoce, porque no sabe cómo opera.
Ayer estuvo volando un poco entre la gente que tiene todo eso que desea. Ese bulto de personas a las que la vida se les hace tan fácil; quizás porque tienen el cerebro más pequeño, eso ella no lo desea, pero que, al menos en apariencia, poseen esa vida estereotípicamente normal con sus estereotípicamente normales modales y maneras de ver el mundo. Todas esas personas que, a los ojos de la sociedad, no tienen nada de qué quejarse. Estuvo volando un poco por esos terrenos peligrosos y quizás no debería haberlo hecho porque ese es uno de los motivos de su actual estado.
La verdad de las cosas es que hoy tuvo un exceso de tiempo libre. Tipo domingo, pero hoy no es domingo. Por eso se planteó tantos pensamientos de conclusiones irrisorias. Ella tiene tantas cosas que nadie más posee, mucho más allá de las obvias, mucho más allá de las que aparecen a flor de piel... o al menos eso quiere creer. Y se jacta de ello consigo misma, porque nadie más le hace caso en eso. Se jacta y se divierte. Tiene un complejo de superioridad que le permite controlar los períodos de depresión automedicada... que no lo es, en sí, porque ella no los considera así. Los "amigos" lo hacen. Aunque ultimamente se ha vuelto a replantear ese tema de los amigos. No funciona mucho con ella.
La mayoría de las cosas no funcionan mucho con ella: los lugares muy ruidosos, las multitudes, el transporte público ni mucho menos eso de los amigos, las cosas simples y los amores de paso. Nada dentro de los márgenes de Hollywood y aunque quiera una de sus películas gringas live. No, no es su estilo. Pero sí la tienen bastante condicionada. Sí... más de lo que quisiera. Al punto de desear la vida estereotípicamente correcta...
Entonces, colpasa entre el montón de ideas y puntos suspensivos.. y toda esa gente que tiene todo lo que ella quiere y no tiene.. y ella que tiene cosas que nadie más tiene... tan distintos a esos que todavía no tienen nada y lo tienen todo. Tan envidiables esos. Tan solemnes esos.. tan "Hoy está depresiva y está mal; mal en todos los sentidos de la palabra, dígase emocional, físico y energéticamente. Sus chakras están como medio fuera de onda. Pero aún así no le importa y puede vivir sin expresarlo".

martes, 19 de enero de 2010

Drugs.. Sex & Drugs.

Es como un enredo de letras ¿sabes? como que en realidad no quiero hablar de ti porque se me ponen llorosos los ojos. Pero es como un enredo de letras y de pensamientos y de palabras y de cosas que necesito contarte... es como yo en mi propia desintoxicación.
Sé que no es algo nuevo y que son las mismas cartas todos los años. Enero y Febrero son las épocas más producitvas porque me veo más débil y desprotegida, porque no tengo motivos para no ser yo, porque me ve tan poca gente que en realidad, la coraza queda guardada al lado de las chaquetas de invierno y las bufandas. Corazón Coraza. Sé que no es algo nuevo, pero a falta de ti, sólo queda pensarlo.
Hace rato que no me entiendo ¿sabes? Sí, lo sabes. Yo te lo dije cuando colapsaron las palabras; yo te lo dije cuando no podía decir nada más; yo te lo dije cuando sólo podía enjuagarme los ojos y odiarme a mí misma por odiarte. Por no poder quererte de una manera más suprema... por ser tan básica y tan mundana. Hace rato que escribo cosas autodestructivas... y tú no las lees.
Sé que tampoco es algo nuevo. Es nuevo, tal vez que no sepa nada de ti. Solía saberlo todo... y con todo me refiero al mundo conocible y el que está detrás, el que no cabe en frases, el que me tocaba adivinar de miradas... el que era sólo mío. El tú que ni tú conoces.
Siempre te escribo... y no te preguntaré si lo sabes, porque sé que lo sabes, porque me dijiste que me arrepentiría y me ves, después, queriendo que las cosas fueran de otra manera. Me dijiste que me arrepentiría y no me arrepiento... no me arrepiento de no titubear. Soy débil. Me conoces. Soy débil cuando se trata de ti... así me dicen ahora y yo sólo sonrío, pensando que alguna vez fui así.
Es como un enredo de letras ¿sabes? no, eso no lo sabes porque no lo has sentido. Siempre tenías la palabra precisa y la sonrisa perfecta ¿recuerdas? pero para mí, es un enredo de letras y de pensamientos y de palabras y de cosas que necesito contarte...pero las omito. Soy sólo yo en mi propia desintoxicación.

lunes, 18 de enero de 2010

Déjalo

Tontas: Así son algunas de las cosas que hago porque en realidad, cada uno hace lo que puede. La creación no puede estar excenta de al menos un poco de su creador. Por lo tanto así son algunas de las cosas que pienso; tontas, porque tengo poca instrucción y poca educación. Toda es que no he podido aprender.
Tontas: Así son algunas de las personas que me rodean. A veces, más de las que preciso. Lo son porque escogieron serlo. La vida es sólo opciones... y yo escojo que ellos me rodeen. Por lo tanto así son algunas mis elecciones: Tontas y se basan en los pensamientos que tengo en algunos períodos recurrentes. Esos mismos que se deprimen y me deprimen a mí de paso, esos que alejan los afectos en mi cabeza, esos que me hacen querer llorar y escriben estupideces.
Tontas: Así son algunas de las cosas que escribo y se derivan de mis opciones y mis pensamientos, especialmente de los tontos, aunque hay varias que salen de ideas geniales y terminan siendo basura verbal. Sí, son los mismos que hablan ahora y explican los por qué's de mi complejo de superioridad, y mis interminables monólogos, patética máscara de propaganda política en mi cabeza que grita que todos morimos solos. Tontas; así son las frases que quieren contrariar ese pensamiento y se humillan ante una utopía comunitaria. No, aquí todos nacemos y morimos solos y el viaje es tan breve que apenas sí se disfruta.
Tontas; Así son algunas de mis relaciones. Tan tontas que creen que en realidad tengo la capacidad de relacionarme del todo con los demás. El ser humano es un ser social... y yo soy mitad animal. Tontos; así me parecen los que no entienden que yo intento salirme de este sistema. Tontos; así son los que me encapsulan. Tontos; así veo a los que no pueden escucharme. Y todo recayendo desde mi compejo de superioridad, derivado directo de mis pensamientos tontos que definen completamente mi manera de ser.
Tontas: Así son algunas de las cosas que hago, que pienso, que escribo. Así son algunas de las personas con las que me relaciono, una parte grande del mundo, la mayoría de los políticos, la sociedad en casi su totalidad y todo lo que excede mi pobre autocontrol. Tontas; así son algunas de mis opciones.. porque de no serlo.. entendería que el que no se arrepiente, vive más feliz.

viernes, 15 de enero de 2010

Blank CP

Yo escondo mi falta de sensibilidad con bloqueos creativos periódicos. Así como escondo mi inseguridad cuando estas lejos con excusas sobre lo mal que te has portado últimamente y el hecho de que quizás te estoy queriendo demasiado con pensar en alguien más que ya no piensa en mí. "Muchas veces olvidamos a un ser que nos ama, por amar a un ser que nos olvida" eso dijo mi mámá y... sí, me acordé de ti.
Yo escondo mi desdén con una sonrisa irónica y mi falta de autoestima con una personalidad fuerte que no se deja vencer, porque nadie quiere verse débil en un mundo donde todo lo que no sirve es devorado; nadie quiere verse débil, si no serlo, es la única manera de "ser feliz". Por eso también cubro mi no-necesidad de ser feliz con un aire de poeta melancólico y mi actividad revolucionaria con arte abstracto. Trato de ser distinta en un mundo de escalas grises... pero tampoco creo en disfraces.
Yo guardo una pistola debajo de la almohada. Ahí, junto a los sueños, para no confiarme demasiado en nada, para no necesitar nada, para no caer si ilusión se rompe en mil pedazos porque, luego de mucho, ya no recojo piezas rotas. Aún así, aprendí a dormir.
Yo escondo mi ignorancia con una actitud arrogante y mi nerviosismo con la lengua a una lado del labio. No sé evitarlo... a veces pienso que no quiero. A veces pienso que pienso demasiado... A veces pienso que pienso demasiadas estupideces y se tapan con reflexiones que no llegan a ningún punto, sino a colapsar todo mi entorno y a todos los que intentan quererme.
Mientras más lo pienso... yo escondo mi egocentrismo con cartas a ti... porque escuché un día de estos que "Muchas veces olvidamos a un ser que nos ama, por amar a un ser que nos olvida", eso fue mi mamá, y me acordé de que existías. No es que en algún momento lo hubiese olvidado, sino que me hizo especial sentido el quererte justo ahora ¿no? Siempre eres tú basado en yo... porque yo escondo mi falta de sensibilidad con bloqueos creativos periódicos... y no sé qué mas decir.

jueves, 14 de enero de 2010

LeOdA.

Pero todo sigue siendo lo mismo... Y yo te hablo desde otro sitio, como desde un sueño del que no quiero despertar por ahora. Como desde una fantasía, como desde ese planeta bonito de palabras sin significado concreto. Yo no te hablo desde donde mi voz se esparce, te hablo en la distancia, como un eco, aunque sé que no me escuchas.
Y tú me miras desde otro sitio, como desde un sueño del que no sabes escapar. Como si no quisieras hablar conmigo, como si yo no existiera en tu mente y las palabras para ti no tuvieran peso. Tú no me miras desde donde te veo, me miras desde la ausencia, como una sombra, como un fantasma que me burla.
Y fingimos que nos queremos, que somos felices y que el tiempo sí tiene la capacidad de sanar todas las heridas. Convivimos con la esperanza de que el amor por convivencia existe y que luego de compartir tanto juntos, terminaremos por querernos, pero de a poco nos damos cuenta que las cosas no funcionan así. Tú finges que me quieres... yo finjo que me dejo querer.
Me miro y digo que esto tenía que ser distinto porque ahora estábamos destinados a ser felices... pero aparentemente yo no entiendo de felicidad y tú no entiendes de mis tristezas y mis complejos y prefieres guardarte esas palabras que me hacen adorarte. Me dejas pensando si extraño tu presencia o amo a tus ausencias... Me dejas pensando si te quiero por ser quien eres o por quererme de una manera tan abstracta... Me dejas deseando más tiempo contigo y odiando cada minuto en el que no te entiendo y te me pierdes... Me dejas colapsando mi autoestima y mi voz de cautela.
Me hablas y me juras que me quieres, pero no vienes y yo no te puedo sacar de mi cabeza. Es que no me hablas desde donde tu voz se esparce, sino desde otro sitio, como de un sueño del que no quiero despertar...como desde un planeta bonito de palabras sin significado concreto... como en tus miradas que son silencios, de silencios que me abrazan... porque yo no te miro desde donde me ves, triste ventana del alma, poeta de una película trillada, adorado tormento. Cliché que amo con cada pedazo de mi pobre existencia. Comprende que yo no te veo desde donde mi sombra te acorrala y te vuelve lo que quiero que seas para morfarme en algo nuevo para ti. Te veo desde donde me hablas, desde las canciones y los abrazos, desde tu mano en mi pecho, desde tu corazón latiendo tan fuerte que puedo escucharlo.. te hablo desde nuestro cariño forzado, que no quiero que malentiendas, pero es tan distinto que no puedo llamarlo tal cual lo siento y las sensaciones mágicas. No malentiendas, nunca había sentido nada así por nadie. Al final sí amo los amores platónicos... casi tanto como te Quiero a ti y eso compite dentro mío. ¿Sabías que en las batallas yo contra yo, siempre pierdo yo? Y pierdo tiempo de pensarte y pensar en los porcentajes de felicidad que me proporcionas cada día al robarme una sonrisa con el simple hecho de recordarte, en pensar que las cosas podrían no ir tan bien porque mis trastornos y mis vacíos son muy extraños y ajenos para ti. Tú llenas cada vacío y no me dejas tener miedo cuando estás cerca... Cuando te vas, aún amo los amores platónicos y spy terca y no me resigno a perder. El corazón tiene razones que la razón desconoce. Lo escuché y pensé en ti... y lo bien que podría estar todo si yo dejara de pensar tanto y de requerir saber que me quieres. No soy tonta; Sólo tengo miedo... miedo a caerme en una de tus lagunas, a no conocerte nunca, a que me conozcas demasiado. Tengo miedo a ir demasiado rápido y caerme a la vuelta porque yo no sé conducir. Miedo a que te canses de mi olor y mis latidos sean monótonos para ti también. Miedo a que no me entiendas y me escuches en esta tierra... así no funciona. Yo te hablo desde otro sitio, como desde un sueño. Dime tú si debo despertar... porque en mi mente, todo sigue siendo lo mismo.
**Si lo entiendes y aún me quieres, por favor, házmelo saber.

Muy Estimado Señor Noche VII

Anoche el Muy Estimado Señor Noches estuvo pensando varias cosas: Primero, que su identidad ficticia fue descubierta y que, por mucho que quiso esconderla, es como un asesino; siempre desea que el mundo sepa quién es y lo dentenga. Y se miró las manos, buscando algun signo de haber matado a alguien, pero sólo se veía a sí mismo difuminado por la neblina o algo así. Todo tiene que ser un algo así en su vida, nada es concreto, nada es real, nada es necesariametne seguro. Qué patético dudar en un punto de la propia existencia. Miró debajo de sus manos, el suelo.. el estúpido suelo. Segundo, que por primera vez en su vida está seguro de lo que quiere y pretende luchar por conseguirlo, aunque eso implique una batalla sin cuartel contra sí mismo, no importa. Todo esto mientras, el Muy Estimado Señor Noche, caminaba por las riveras del río principal y miraba como en sueños y veía los cadáveres de recuerdos flotar y veía pasar, como basura, las antiguas sensaciones en el agua de su mentalidad pasada...Tercero, que de tanto caminar tiene heridas en los pies y desea parar un rato y relajarse, pero es muy terco el Muy Estimado Señor Noche y opta siempre por seguir adelante, en línea recta, para competir con la idea de que la vida se basa en curvas. Cuarto, que está muy aburrido de lo perfecto porque incluso su caos se está volviendo perfecto y eso es completamente inaceptable. El Muy Estimado Señor Noche no es Dios y la estética mundana no implica perfección. Esa es la principal base de su revolución. Pero como quinto punto se dio cuenta de que la revolución abstracta es muy abstracta como para ser concreta y, según revisó en el primer punto de su cabeza, las cosas no son concretas en su vida, dejándolo muy inseguro de gustar de inseguridades.
El Muy Estimado Señor Noche es demasiado terco como para cambiar. Se odia, nos odia, odia sus pies, odia sus manos, odia su depresiva tendencia a la depresión automedicada y a las fantasías cortavenas que le dan por períodos, odia que su nada se preocupe por él, porque intente ser algo... odia su complejo existencial... pero detesta sobretodo la patética mezcla del ser con la nada, esa que dijo Nietzsche. Esa que lo convierte en asesino y lo hace pensar en curvas y en qué habrá a la vuelta de la esquina; Esa misma que le da un bloqueo creativo-emocional... Es demasiado terco.
Y no, se lo planteó, pero no. Es demasiado débil como para ganarse a sí mismo o demasiado fuerte para ver que de todos modos va a perder. Se lo replanteó, sí, pero es demasiado tonto como para escoger lo que más le conviene y opta por esperar. Siempre la opción más difícil. Opta por ser verde cuando todos son azules. Opta por no jugar con las emociones ajenas. Opta por conseguirse una manera nueva de mirar a la s personas a los ojos. Opta por verde, en vez de azuL.
Y sí, sí quería ser distinto. Siempre lo ha querido...Pero por mucho que estuvo pensando muchas cosas El Muy Estimado Señor Noche, en un mundo donde no todos piensan muchas cosas, claro está; Por mucho que trató de vivir derecho, que trató de luchar por su causa, que traó de librarse de la belleza estereotipada... Por mucho que quiso ser más que su propio caos... de todas formas dejó que su identidad ficticia fuera descubierta porque, por mucho que quiso esconderla, es como un asesino, que siempre desea que el mundo sepa quién es y lo dentenga. Séptima muerte del real y no creíble, Muy Estimado Señor Noche...

viernes, 8 de enero de 2010

Yo te quiero; soy yo.

Tenía tantas ganas de hablarte. Sí, de hablarte o quizás de estar en silencio un rato. De usar frases copiadas y mentirnos más. De mirarte a los ojos y pensar que tú piensas lo mismo que yo, o tal vez, que simplemente sabes lo que estoy pensando. Me gustaría que pudieras predecirme y no aburrirte de mí.
Tenía tantísimas ganas de hablarte. De contarte lo bien que me fue en el viaje y lo mucho que me hiciste falta; que estaba lindo todo, pero hubiera sido más bonito aún si hubieses estado conmigo; que la gente hablaba raro y yo no entendía nada; que a ratos se me olvidaba que estaba allí y pensaba en llamarte. Luego, despertaba. Tenía tantas ganas de llamarte...
De a momentos me molesta estar sola y pensar sola. En realidad, no me gusta despertar sola o comer sola. Siento que a veces soy muy dependendiente, pero, luego, recuerdo que es sólo una forma de expresar afecto ¿cierto? Todavía no estoy tan loca.
Y no, no es que te esté pidiendo que te quedes. Siempre pido que se queden por un tiempo ilimitado, quizás por siempre, pero no ahora. No, yo no te estoy pidiendo que te quedes. Nunca lo haría...
Soy sólo yo pensando en mí como algo importante. Soy sólo yo queriendo creer que no estoy jugando ya. Soy sólo yo dándole un toque de dramatismo a mi vida; sé que dije muchas cosas, pero sí me gusta el drama. Le da ese sabor que me falta. Soy sólo yo tejiendo cine alternativo versión gringa, versión yo, versión que no saldrá pronto en la pantalla grande. Demasiado mío como para ser de otros.
Y no, en serio, no es que te esté pidiendo que me acompañes o que cambies o que te sientas mal por no quererme como yo quiero que me quieran. No quiero que te sientas mal. Y no, no te estoy forzando con palabras melosas a que desees quizás, un día de estos, acordarte de mí y me mandes un mensaje divino como tantos que he tratado enviarte, pero que al final nunca llegan... No, yo no te estoy pidiendo que te quedes. Nunca lo haría... Es sólo que tenía tantas ganas de hablarte...

jueves, 7 de enero de 2010

Se añejaron los te quieros.

Ella quería rosas para Navidad o para los Reyes Magos e incluso las aceptaba hasta San Valentín. Ella quería rosas o chocolates o un oso gigante.
Él no sabe de flores y menos de dulces. Un oso podría ser, pero no por ahora. Y ella finge que lo entiende y que no importa, que está bien que él sea así, que por algo lo quiere. Definitivamente no es por eso.
Él mira la lluvia en la ventana y piensa en ella. Quiere que ella llegue y lo abrace y le prometa que estarán juntos sin importar nada... porque él muere. Ella no lo sabe. Ella huiría si supiera que él muere porque no soporta estar sola. No soporta los vacíos y él es lo único que le llena todos los vacíos existenciales. Cuando está con él no importan. Él finge que la entiende y que no importa, que está bien que ella sea así, que por algo la queire. Definitivamente no es por eso.
Ella sabe mucho de despedidas y las odia. Odia todo lo que implique desprenderse de sí, por eso prefiere no aferrarse a nada. Él tiene que despedirse; ahora o después, uno sólo puede ser peor que el otro.
Él no cree en los por siempres. No cree en los finales felices ni en los cuentos de hadas. Siempre dice que todos vamos a morir.. algún día. Ella tiende a ser fatalista o a buscar la película gringa. Ella se va a dar cuenta de que es mejor ser fatalista; ahora o después, uno sólo puede ser peor que el otro.
Y se venden vidas a la vuelta de la esquina y sueños en el galpón grande donde duermen los vagabundos. Se cifran todos los por qués y se vetan, de nuevo, los te quieros.
Él quería música para Navidad o para los Reyes Magos e incluso las aceptaba hasta San Valentín. Él quería música o besos o tiempo. Tiempo.
Ella no sabe de música y menos de besos. Tiempo quizás,pero no por ahora. Y él finge que la entiende porque la quiere y es por eso.
Ella se para atrás de él, mira la lluvia en la ventana y piensa en nubes. Quiere que las nubes se vayan y él la abrace y le prometa que estarán juntos sin importar nada... porque ella no lo sabe, pero lo presiente. Él se descorazonaría si supiera. Pero ella no huiría porque él es lo único que le llena todos sus vacíos existenciales. Él no la va a abrazar para no hacer más dolorosa la despedida. Ella finge que lo entiende y que no importa, que está bien que ella sea así, que por algo lo queire. Eso es parte de ello.
Él sabe mucho de partidas y las odia. Odia todo lo que implique desprenderse de sí, por eso prefiere no aferrarse a nada. Ahora o después... dolerá de todas formas.
Ella ya no puede creer en los por siempres o finales felices ni mucho menos en los cuentos de hadas. Tiende a ser fatalista y ya olvidó la película gringa.. No importa.. Si ella quería rosas para esta Navidad o Reyes Magos o al menos San Valentín... y sólo tendrá música porque en realidad no se venden vidas a la vuelta de la esquina y lo sueños se los comieron los perros.