viernes, 12 de marzo de 2010

Percepciones y motivaciones...

Yo soy la voz ausente que te habla desde la penumbra en el extremo izquierdo del cuadro de al lado. Soy un destino errante que se fuerza por no exisitr. Soy la debilidad de no tenerte cerca. Soy una cápsula que no se llega destintegrar por completo cuando llega al estómago y se convierte en un barco en un mar de ácido destructor. Yo soy 3-3-4-4 y rima intercalada. Yo soy el mensaje que no pediste.
Yo te espero como si esperar pudiera haber servido a alguien en algún momento. Te espero como la excusa frustrada para estar aquí, así, ahora, como estoy acostada, mirando el techo en blanco o no tan en blanco, sino más en un gris verdoso intenso. Yo te espero porque es de tontos e inocentes esperar.
Yo te escribo como un silencio apagado teñido de azul y verde. Como las cuatro y cuarto de la mañana, como el sol otoñal colado entre las ramas. Como se escriben los amores eternos, como se añoran los besos, los abrazos, las miradas, las caricias, lo indecifrable, lo café; puro café. Te escribo como se escriben cartas viejas en papel amarillo. Te escribo porque me gusta asociar las cosas con colores y tú, tú eres como un arcoiris... Te escribo como aire brumoso de los días, cualquier día, el que escojas, como siempre.
Yo escucho. Escucho irónicamente las luces que se prenden y se apagan: Es un terremoto o un huracán. Es moribundo y diestra. Es una estúpida imagen mental de algo que esucho, pero que en realidad no estoy escuchando. Una palabra con m, cerro arriba. Otra palabra con h que gira a la vuelta de la esquina y se me escapa, sin preguntas porque es todo demasiado abstracto como para que quiera quedarse. Yo escucho los ruidos que se cuelan por las cañerías del baño, entre desesperaciones de un pasado difuso... Yo escucho las más estúpidas voces en mi cabeza.
Yo tiento la suerte entre cabilaciones. Yo tiento al destino entre deseos frustrados de un futuro mejor; algo más pasajero o sustantivo. Tiento para perderme, tiento para cansarme, tiento para llegar a mi casa a dormir y no a pensar en ti. Yo tiento a la madre tierra que me remueve las ganas y se las chupa. Yo tiento; yo miento; yo, tiempo.
Yo soy un montón de rayas y palabras y canciones y dibujos y no quiero tener que explicarte qué soy. No debería tener que decirte siempre qué hacer, sino sería sólo yo, haciendome feliz. Yo no tengo nada, no espero nada, no escucho nada, no siento, no tiento, no pienso nada. Soy sólo la voz ausente que te habla desde la penumbra en el extremo izquierdo del cuadro de al lado... y nunca es suficiente.

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