jueves, 7 de enero de 2010

Se añejaron los te quieros.

Ella quería rosas para Navidad o para los Reyes Magos e incluso las aceptaba hasta San Valentín. Ella quería rosas o chocolates o un oso gigante.
Él no sabe de flores y menos de dulces. Un oso podría ser, pero no por ahora. Y ella finge que lo entiende y que no importa, que está bien que él sea así, que por algo lo quiere. Definitivamente no es por eso.
Él mira la lluvia en la ventana y piensa en ella. Quiere que ella llegue y lo abrace y le prometa que estarán juntos sin importar nada... porque él muere. Ella no lo sabe. Ella huiría si supiera que él muere porque no soporta estar sola. No soporta los vacíos y él es lo único que le llena todos los vacíos existenciales. Cuando está con él no importan. Él finge que la entiende y que no importa, que está bien que ella sea así, que por algo la queire. Definitivamente no es por eso.
Ella sabe mucho de despedidas y las odia. Odia todo lo que implique desprenderse de sí, por eso prefiere no aferrarse a nada. Él tiene que despedirse; ahora o después, uno sólo puede ser peor que el otro.
Él no cree en los por siempres. No cree en los finales felices ni en los cuentos de hadas. Siempre dice que todos vamos a morir.. algún día. Ella tiende a ser fatalista o a buscar la película gringa. Ella se va a dar cuenta de que es mejor ser fatalista; ahora o después, uno sólo puede ser peor que el otro.
Y se venden vidas a la vuelta de la esquina y sueños en el galpón grande donde duermen los vagabundos. Se cifran todos los por qués y se vetan, de nuevo, los te quieros.
Él quería música para Navidad o para los Reyes Magos e incluso las aceptaba hasta San Valentín. Él quería música o besos o tiempo. Tiempo.
Ella no sabe de música y menos de besos. Tiempo quizás,pero no por ahora. Y él finge que la entiende porque la quiere y es por eso.
Ella se para atrás de él, mira la lluvia en la ventana y piensa en nubes. Quiere que las nubes se vayan y él la abrace y le prometa que estarán juntos sin importar nada... porque ella no lo sabe, pero lo presiente. Él se descorazonaría si supiera. Pero ella no huiría porque él es lo único que le llena todos sus vacíos existenciales. Él no la va a abrazar para no hacer más dolorosa la despedida. Ella finge que lo entiende y que no importa, que está bien que ella sea así, que por algo lo queire. Eso es parte de ello.
Él sabe mucho de partidas y las odia. Odia todo lo que implique desprenderse de sí, por eso prefiere no aferrarse a nada. Ahora o después... dolerá de todas formas.
Ella ya no puede creer en los por siempres o finales felices ni mucho menos en los cuentos de hadas. Tiende a ser fatalista y ya olvidó la película gringa.. No importa.. Si ella quería rosas para esta Navidad o Reyes Magos o al menos San Valentín... y sólo tendrá música porque en realidad no se venden vidas a la vuelta de la esquina y lo sueños se los comieron los perros.

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