jueves, 14 de enero de 2010

Muy Estimado Señor Noche VII

Anoche el Muy Estimado Señor Noches estuvo pensando varias cosas: Primero, que su identidad ficticia fue descubierta y que, por mucho que quiso esconderla, es como un asesino; siempre desea que el mundo sepa quién es y lo dentenga. Y se miró las manos, buscando algun signo de haber matado a alguien, pero sólo se veía a sí mismo difuminado por la neblina o algo así. Todo tiene que ser un algo así en su vida, nada es concreto, nada es real, nada es necesariametne seguro. Qué patético dudar en un punto de la propia existencia. Miró debajo de sus manos, el suelo.. el estúpido suelo. Segundo, que por primera vez en su vida está seguro de lo que quiere y pretende luchar por conseguirlo, aunque eso implique una batalla sin cuartel contra sí mismo, no importa. Todo esto mientras, el Muy Estimado Señor Noche, caminaba por las riveras del río principal y miraba como en sueños y veía los cadáveres de recuerdos flotar y veía pasar, como basura, las antiguas sensaciones en el agua de su mentalidad pasada...Tercero, que de tanto caminar tiene heridas en los pies y desea parar un rato y relajarse, pero es muy terco el Muy Estimado Señor Noche y opta siempre por seguir adelante, en línea recta, para competir con la idea de que la vida se basa en curvas. Cuarto, que está muy aburrido de lo perfecto porque incluso su caos se está volviendo perfecto y eso es completamente inaceptable. El Muy Estimado Señor Noche no es Dios y la estética mundana no implica perfección. Esa es la principal base de su revolución. Pero como quinto punto se dio cuenta de que la revolución abstracta es muy abstracta como para ser concreta y, según revisó en el primer punto de su cabeza, las cosas no son concretas en su vida, dejándolo muy inseguro de gustar de inseguridades.
El Muy Estimado Señor Noche es demasiado terco como para cambiar. Se odia, nos odia, odia sus pies, odia sus manos, odia su depresiva tendencia a la depresión automedicada y a las fantasías cortavenas que le dan por períodos, odia que su nada se preocupe por él, porque intente ser algo... odia su complejo existencial... pero detesta sobretodo la patética mezcla del ser con la nada, esa que dijo Nietzsche. Esa que lo convierte en asesino y lo hace pensar en curvas y en qué habrá a la vuelta de la esquina; Esa misma que le da un bloqueo creativo-emocional... Es demasiado terco.
Y no, se lo planteó, pero no. Es demasiado débil como para ganarse a sí mismo o demasiado fuerte para ver que de todos modos va a perder. Se lo replanteó, sí, pero es demasiado tonto como para escoger lo que más le conviene y opta por esperar. Siempre la opción más difícil. Opta por ser verde cuando todos son azules. Opta por no jugar con las emociones ajenas. Opta por conseguirse una manera nueva de mirar a la s personas a los ojos. Opta por verde, en vez de azuL.
Y sí, sí quería ser distinto. Siempre lo ha querido...Pero por mucho que estuvo pensando muchas cosas El Muy Estimado Señor Noche, en un mundo donde no todos piensan muchas cosas, claro está; Por mucho que trató de vivir derecho, que trató de luchar por su causa, que traó de librarse de la belleza estereotipada... Por mucho que quiso ser más que su propio caos... de todas formas dejó que su identidad ficticia fuera descubierta porque, por mucho que quiso esconderla, es como un asesino, que siempre desea que el mundo sepa quién es y lo dentenga. Séptima muerte del real y no creíble, Muy Estimado Señor Noche...

No hay comentarios: