domingo, 15 de febrero de 2009

Charla

Comenzaba a resignarse a la idea de que él no existía y yo, a poco, comenzaba a acatar.
Me decía siempre lo difícil que había sido y yo le respondía que el tiempo siempre viene, el tiempo siempre va.
No entendía, no, que la vida no es vida y que hay que ir más allá. No quería, yo, entender que no se confía en todas las sonrisas que hay.
Se perdía siempre en la idea de que el cielo es más brillante y que todo pronto iba a cambiar. Y yo no le explicaba que el cielo es oscuro y estas cosas locas serán siempre, siempre igual.

Y estaba loco. Loco simplemente por el hecho de querer pensar... y yo estaba loca, loca por creer que el corazón no es tonto y que toma las decisiones tras mucho reflexionar.

Pasa el tiempo y sigo sin comentarios...

11 de Julio, 2007.

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