jueves, 15 de enero de 2009

De Jouwe


Ya tenía pensado hacía tiempo todo lo que te diría cuando nos viéramos y no creas que es coincidencia que las cosas que dijiste estén aquí, que las cosas que te dije estén aquí, ya que por mucho tiempo has sido tácitamente el personaje principal de mis pensamientos e inconscientemente siempre lo has sabido.
No fue azar que cuando me miraste, yo te miré, que cuando te sonreí, me devolviste la sonrisa como aliviado de que no fuera lo que tú pensabas, tampoco lo son las primeras palabras que te dije, el gesto que te hice cuando te acercaste ni cuando te fijaste en mis ojos o cuando te reflejé en los míos. Ya había planeado decirte que me hiciste falta todo el tiempo que estuviste lejos, que me encanta tu mirada y encanta tenerte cerca.
Pensé también lo que me dirías porque en mi mente eres completamente predecible, completamente niño, completamente auto-incomprendido y me pides que te comprenda y entienda que seas siempre igual. Luego exclamas que si no me gusta, me puedo ir y yo te pido que no me pidas que me aleje porque me cuesta. No creas que no he tratado. Entonces, respondo que si quieres te puedes ir porque no haría nada por detenerte, quizás por orgullo, aunque me es difícil despedirme de ti, alargando los minutos que estamos juntos, si me voy esperando que te voltees y me pidas que me quede. Hasta me cuesta voltearme para irme y me dan ganas de ir yo a pedirte que no te vayas, que me esperes, que yo te espero, que me molesta mucho sonar patética, pero así soy y para esconderlo a veces parece que no pensara en nada más, pero también pienso en ti y a veces me molesta pensar en ti, pero así soy y así eres y tú entiendes; tenía planeado decirte todo esto, para despertarte, tal vez, para que notaras que estoy aquí, que siempre te digo que siempre he estado, pero no es verdad, que me cuesta mucho mentir, para que me digas yo también te quiero, (yo sé que me quieres), después te abrace y me abraces y sea así... tal vez.
En fin, ya ves que pienso en mucho en ti. Entonces, no fue azar que cuando me miraste, yo te mirara, que cuando te sonreí, me devolvieras la sonrisa como aliviado de que no fuera lo que tú pensabas, el no hablar de nada sino de todo, que se produjera eso que se produce entre nosotros. No fue coincidencia estar ahí porque siempre eres parte de todo lo que hago, escribo, pienso,de mis razones de existir, tal vez. Y que yo te quiero y que me quieras, era todo parte de una idea anterior.

Yo ya tenía pensado hacía tiempo todo lo que te diría cuando nos viéramos, incluso eso que no te dije y lo que pasó sólo en mi mente...

No hay comentarios: