miércoles, 21 de enero de 2009

Unbefleckt

Él dijo que no importaba, ella se dio la vuelta, pensando que en realidad no importaba demasiado y por eso después estaba tan enojada, quizás; por la sensación de haberse equivocado, de no haber hecho las cosas bien, de haber pensado demasiado, de haber callado lo que no tenía que callar.
Él dijo que estaba todo bien, ella siguió caminando, tentando la idea de que podía ser que en algún universo paralelo, todo estaba bien, pero que ahí no, ellos no, él no, él mentía (como siempre). Tal vez el "nosotros" no merecía tanta importancia, pero la impotencia la llenaba mucho más allá de sus límites al punto que nada era.
Él le pidió que se quedara porque le gusta tenerla cerca. Ella lo miró de reojo, le sonrió y sería lindo decir que se devolvió y lo abrazó, le dijo que lo quería, que siempre lo ha querido, que las cosas no se acaban tan fácil.
Él gritó que lo sentía. Ella se detuvo.
Él dijo que si no quería intentarlo de nuevo, no importaba, ella se dio la vuelta, pensando que en realidad sí importaba y demasiado. Por eso después estaba tan enojada, quizás; por la sensación de haberse equivocado, de haber pensado demasiado y de no haber callado lo que tenía que callar.

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