miércoles, 28 de enero de 2009

Tontidependiente

Ya no hay yo porque, a pesar de lo que puedas pensar, no me gusta mucho hablar mucho de mí. Poco me conozco y aún menos me agrado, yo no me agrado y no sé si te agrade a ti o al menos no como antes... Es que yo soy muy variable, muy cambiante, medio loca, lo sé. No me gusta parecerte débil y frágil, no me gusta que veas muchas cosas que están ahí, pero son mías y no quiero compartir ni siquiera contigo que resultas ser una de las únicas situaciones en las que pienso ultimamente.
Y ahora me cuesta encontrarme y me cuesta creer tanto que ha pasado y me cuesta ver esto como una ilusión desagradable que se desvanece, que te aburre, que te cansa y a la que me he obsesionado tontamente. Me cuesta encontrarme entre tantos pensamientos absurdos y no estoy diciendo que seas absurdo sino que en mi cabeza te vuelves amplio, ajeno, más ajeno, más amplio, triste.
Entonces, no sé. Porque se me corta toda la idea cuando te pienso, aunque no te piense en realidad, aunque esté jugando porque me gusta jugar porque sí soy una niña porque no quiero crecer y enfrentar el mundo, dentro de ese mundo tú y me quedo para jugar, bailar, saltar jugar, lejos, lejos. Lejos de ti, dije, lejos de mí, espero, lejos de esto que estoy cortando en dos. Gracias.
Y ahora otra vez voy a variar porque yo soy así, indecisa, variante, infantil, cambiante, medio loca. Voy a dejar ideas, no sé, a ti como ente perfecto que he creado. Y dejaré de hablar tanto de mí, porque aunque no lo creas, no me gusta... porque después yo no existo... porque no hay yo si no hay tú.

No hay comentarios: